
Me encantó.
"El pequeño Nicolás" es una película entretenida, divertida, entrañable... Sin duda alguna merece la pena verla, vale la pena irse al cine y pagar la entrada para ver una película donde quizás no haya acción, tal vez no sea trepidante... y en efecto no hay ni lo uno ni lo otro, pero es simpática, dulce, agradable.
De los actores, o más bien, de los personajes... ¿cual mejor? ¿El propio Nicolás, quizás su padre, tal vez su madre? Vaya. No nos olvidemos de ese grupo de amigos: Joaquín, Eudes, Clotario, Geoffroy, Alceste, Rufo... y tampoco deberíamos olvidar a Agnian (¿quién no ha tenido su propia versión de Agnian en clase?).
Personalmente es una película que todos deberíamos ver en algún momento. Es de esas películas que en contadas ocasiones da el cine francés alejándose de su propio esquema y rompiéndolo para hacer unos minutos de entretención, sin maldad, y de esos que te dejan un sabor de boca agradable y una sonrisa de satisfacción en los labios.
Kad Merad (el padre de Nicolás): ¿Qué decir de este hombre que no hayamos visto ya? No me cansaría de aplaudirle, y no habría aplausos suficientes para su trabajo. Especial atención a los minutos finales en la mesa. Un monólogo de gestos, sin necesidad de decir ni una palabra. Démosle a monsieur Merad un 10.
Valérie Lemercier (madre de Nicolás): Ante todo una gran carcajada, porque hay momentos de la película en los que está ella, casi sola, o al menos haciéndose con el protagonismo por méritos propios, en los que Lemercier está increíble. Me atreveré cono otro 10.
Maxime Godart (Nicolás): Increíble como este pequeño puede llevar en su espalda casi todo el peso de la película. Evidentemente es una forma de hablar, ya que aunque es el protagonista indiscutible, con Merad y Lemercier, es imposible no crecerse. El pequeño Maxime cumple a la perfección con su papel, con su carilla de 'niño bueno' en los momentos necesarios, con la 'preocupación' en su rostro cuando debe haberla, pero sobre todo con esa sonrisa que ilumina la pantalla casi sin quererlo. Para Maxime daremos un 8.
Sandrine Kiberlain (la profesora). El personaje de esta actriz y cantante es... ¿cómo describirlo? Es una persona que se resigna a la clase que le ha tocado como maestra, les quiere, pero también es capaz de castigarles. Sus alumnos también la quieren, y eso es por algo, como se aprecia en el film. A Kiberlain que, aunque no haga un papel de un peso específico, le daré una buena nota, porque sus minutos en pantalla son buenos y agradables, y transmite exactamente aquello que debe. Un 8.
Especial atención al pequeño actor que da vida a Clotario, que se ajusta al papel con su mirada perdida, sus ojos saltones y soñolientos, no en vano es 'el último de la clase' y gracias a él todos recordaremos con una sonrisa el Sena. Para este pequeño daré otro 8.
Para la película que ha llevado a la pantalla los viejos 'tebeos' de "El pequeño Nicolás" mi particular nota será un 9'5 (por no dar tres dieces a una misma película).